martes, 7 de octubre de 2008

Petroperú, Alan babá y la banda de los cuatro cerdos


negociados presidenciales

El cuadro ya se está completando, después de los últimos petro-audios. El ahora fugado Rómulo León Alegría negociaba por lo bajo con las compañías inversoras. Químper digitaba las trampas desde la empresa estatal Petroperú, y ambos reportaban ante el capo Alan García, a través del primer ministro Jorge del Castillo. Finalmente Alan se reunía con los inversores en palacio, con foto protocolar y depósito clandestino en cuenta off shore. Gran faenón, negociado redondo. Esta asociación ilícita debe estar repitiéndose en varios frentes, bajo el lema de “rematemos lo que el Perú permite”. Podríamos investigar Toromocho y Río Blanco con los chinos, por ejemplo, donde Alan demostró demasiado interés, y saldrá la misma cochinada. Basta abrir las cuentas bancarias de estos cuatro cerdos para llegar a la verdad. Pero eso será lo difícil. La defensa del apra a los testaferros del Alán Babá será con uñas y dientes, y se recurrirá a todas las argucias legales para blindar al jefe de la cueva.
No hay que ser ingenuos. El afán inversor de este segundo alanismo es un cutrerío millonario y las altas esferas del partido están podridas hasta la coronilla. Qué asco. El neoliberalismo como el guante y la máscara del caco. Por algo fujimoristas y alanistas hicieron alianza pues defienden los mismos espurios intereses.
Sin embargo hay todavía reservas morales en este país. Pero todo pasa por exigir la vacancia presidencial, nuevas elecciones y otra constitución. Es la única salida decente ante tanta mierda.

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