jueves, 29 de noviembre de 2007

Chlimper, los empresarios y los malnacidos

Chlimper y Fujimori: de la misma entraña

Hasta que saltó la liebre. El empresario judío José Chlimper llamó ayer malnacidos a los trabajadores del puerto del Callao. Todo, porque los estibadores defienden sus derechos sindicales y la negociación colectiva. El dueño de Drokasa, demostrando su entraña racista y déspota, considera que los cholos cargadores del primer puerto son unos hijos de puta porque le generan pérdidas ecónómicas con su huelga. Y no contento con insultar a todos los trabajadores que recurren a sus derechos constitucionales, amenazó con emplear su metraca, dice que con permiso de la discamec, para disolver él mismo la huelga a sangre y fuego, mismo Auchwitz o Dassau. El Estado de derecho no existe, los cadáveres no le importan. Su plata es más importante que la vida humana. Su afán de lucro excede cualquier regla de civilización. Viva Fujimori y la libre empresa

Lo grave es que Chlimper no es el único. Cáceres Sayán el presidente de la CONFIEP, también quiere un baño de sangre. Hace días que le calienta las orejas al vicepresidente Giampietri y mueve a otros empresarios forajas para declarar en emergencia el puerto y permitir la entrada de la infantería de marina a los muelles. Bala a los cholos. Los derechos humanos son una cojudez.

Estos son nuestros empresarios, señores. Los que hacen patria, los hombres de las bienamadas inversiones, quienes harán grande el Perú según Alan, el CADE y los cacasenos neoliberales. Todo el Perú tiene que joderse con el TLC porque ellos merecen hacerse más ricos a costa de los cholos malnacidos, al más puro estilo de Aldito Mariátegui.

Váyanse a la porra reverendos hijos de la chingada. Váyanse a Miami o a Israel. Gente como Chlimper o Cáceres Sayán no nos hace falta. Métanse sus empresas por el culo. No por casualidad la última encuesta del Instituto de Opinión Pública de la U Católica confirma que el 62 por ciento de peruanos los detesta por explotadores, antipatriotas y sinvergüenzas.

martes, 13 de noviembre de 2007

Me cago en el rey de España



Nos joden las trapacerías de las empresas españolas y esa suficiencia con que los políticos del stablishment español tratan a nuestras repúblicas sudacas. Que se vayan a la porra. Quinientos años de coloniaje bastan, para que encima venga un rey barato que nadie eligió, a hacer callar a un mandatario americano.

Qué pito componía Juan Carlos de Borbón, ese anacronismo de carne y hueso, en la cita de presidentes iberoamericanos. Que yo se sepa la monarquía que Franco instaló a su muerte, es una buena mierda. Los ciudadanos españoles deberían proscribirla pronto, vía referéndum o plebiscito. Un rey en España solo sirve para garantizar a perpetuidad la sumisión de la izquierda y contener el ideario progresismo . La figura de un Borbón reproduce en las mentes españolas, la idea cojuda de la cortesanía y la tradición colonial, es decir de que no somos iguales. Por eso no solamente hay que mandar callar al rey, hay que abolirlo, y que se vaya a posar a Hola, que allí está en su garbanzal.

Qué lástima ver al pobre Zapatero con ojos de carnero degollado, defender a ese bellaco con alas de fascista y cara de burro que es Aznar (su apellido lo pinta entero). ¿Quería ganarse unas indulgencias del Partido Popular, acaso? Debería saber que no debe esperar nada de la derecha española, que sigue siendo fascista y del opus dei, y que su sistema político es un engendro reaccionario y obsoleto. ¿Qué hace un correligionario de Pablo Iglesias defendiendo a esa mula franquista? Discrepo con Chavéz, me friegan sus formas de militarote, y su intención de perpetuarse en el poder, pero en este caso tiene razón y concuerdo con él: Me cago en el rey de España.