martes, 20 de marzo de 2012

No leer a Vallejo y a Ribeyro: ¿Quién es el imbécil de Diego de la Torre?


Ahora hay que prohibir a Vallejo y a Ribeyro en los colegios porque han perturbado el inconsciente colectivo de los peruanos con su tristeza y su fracaso. Tamaña estupidez en letras de molde, que salió publicada en el Keikomercio, solo puede provenir de una mente débil o de una masiva intoxicación de neoliberalismo, que casi es lo mismo. Despreciar la cultura nacional para vender chucherías, porque presuntamente ambos autores desalientan el éxito y la labor emprendedora, es solo digno de un retrasado mental. Poner la cultura a la misma altura de un choripán o de la marca Perú, sólo puede caber en la cabeza de un ignorante sin ninguna sensibilidad.

Según el comentarista de marras somos tristes y fracasados, por Vallejo y por Ribeyro. Por nacer un día que dios estaba enfermo, o por la tentación del naufragio que albergaba en el alma el sutil Ribeyro. Qué bestia el tal Diego de la Torre. Si ha leído a nuestros escritores lo ha hecho con la agudeza de un analfabeto funcional, o en su defecto su comprensión lectora no pasó de Condorito y de un manual de dirigente de ventas.

No, señor de la Torre. Para que usted venda cualquier cosa no nos vamos a desprender de los libros de Vallejo y de Ribeyro. No le haremos su Farenheit particular. Para que usted trafique con algunos productos perecibles no vamos a poner en la hoguera los libros de ambos escritores, quizás lo más grandes del siglo XX. Nos importa un comino su mentalidad de publicista de poca monta, o de business administration de pacotilla. Váyase a escribir bobadas de mercachifle a sueldo a otra parte. Algún paraíso fiscal le vendría mejor. Gente como usted no solo denigra a su profesión, sino muestra en todo su esplendor a la derecha bruta y achorada. Felizmente, mientras su nombre se perderá en las grietas del olvido. Vallejo y Rubeyro seguirán ardiendo en nuestra imaginación.

¿Quien es Diego de la Torre?

Es co-fundador de La Viga, el más grande distribuidor de materiales de construcción del mercado Peruano. El señor tiene ladrillos en la mollera. Es Presidente del Directorio de Quikrete Peru S.A; , un joint-venture con una compañía americana, que hace mezclas secas de concreto en el mercado peruano. En su cabeza no hay neuronas sino hormigón. Se desempeña también, como Presidente Pacto Mundial de Naciones Unidas en el Perú. Es director del patronato del Museo de Arte de Lima.

Es Miembro del Comité Ejecutivo de la Escuela de Post-Grado de la Universidad del Pacífico. Una vergüenza Recientemente ha publicado el libro franelero y por encargo: “Buenaventura, la primera empresa peruana con full listing en el Bolsa de Nueva York” así como numerosos artículos en el tristemente célebre diario El Comercio de Lima. Zapatero a sus zapatos.

No leer a Vallejo y a Ribeyro: ¿Quién es el imbécil de Diego de la Torre?


Ahora hay que prohibir a Vallejo y a Ribeyro en los colegios porque han perturbado el inconsciente colectivo de los peruanos con su tristeza y su fracaso. Tamaña estupidez en letras de molde, que salió publicada en el Keikomercio, solo puede provenir de una mente débil o de una masiva intoxicación de neoliberalismo, que casi es lo mismo. Despreciar la cultura nacional para vender chucherías, porque presuntamente ambos autores desalientan el éxito y la labor emprendedora, es solo digno de un retrasado mental. Poner la cultura a la misma altura de un choripán o de la marca Perú, sólo puede caber en la cabeza de un ignorante sin ninguna sensibilidad.

Según el comentarista de marras somos tristes y fracasados, por Vallejo y por Ribeyro. Por nacer un día que dios estaba enfermo, o por la tentación del naufragio que albergaba en el alma el sutil Ribeyro. Qué bestia el tal Diego de la Torre. Si ha leído a nuestros escritores lo ha hecho con la agudeza de un analfabeto funcional, o en su defecto su comprensión lectora no pasó de Condorito y de un manual de dirigente de ventas.

No, señor de la Torre. Para que usted venda cualquier cosa no nos vamos a desprender de los libros de Vallejo y de Ribeyro. No le haremos su Farenheit particular. Para que usted trafique con algunos productos perecibles no vamos a poner en la hoguera los libros de ambos escritores, quizás lo más grandes del siglo XX. Nos importa un comino su mentalidad de publicista de poca monta, o de business administration de pacotilla. Váyase a escribir bobadas de mercachifle a sueldo a otra parte. Algún paraíso fiscal le vendría mejor. Gente como usted no solo denigra a su profesión, sino muestra en todo su esplendor a la derecha bruta y achorada. Felizmente, mientras su nombre se perderá en las grietas del olvido. Vallejo y Rubeyro seguirán ardiendo en nuestra imaginación.

Prontuario de un oligofrénico.

Diego de la Torre es co-fundador de La Viga, el más grande distribuidor de materiales de construcción del mercado Peruano. El señor tiene ladrillos en la mollera. Es Presidente del Directorio de Quikrete Peru S.A; , un joint-venture con una compañía americana, que hace mezclas secas de concreto en el mercado peruano. En su cabeza no hay neuronas sino hormigón. Se desempeña también, como Presidente Pacto Mundial de Naciones Unidas en el Perú. Es director del patronato del Museo de Arte de Lima.

Es Miembro del Comité Ejecutivo de la Escuela de Post-Grado de la Universidad del Pacífico. Una vergüenza Recientemente ha publicado el libro franelero y por encargo: “Buenaventura, la primera empresa peruana con full listing en el Bolsa de Nueva York” así como numerosos artículos en el tristemente célebre diario El Comercio de Lima. Zapatero a sus zapatos.

viernes, 13 de enero de 2012

Defendamos Barranco de la alcaldesa mataficus


Av Pedro de Osma / acrílico sobre trupán / 100 cm x 45 cm /

Barranco tiene una triste historia. Las administraciones municipales con pocas excepciones han sumido nuestro distrito en la corrupción y la barbarie. Recordamos al tristemente célebre Del Pomar vendiendo el mercado a un testaferro, al obtuso Mezarina lotizando el acantilado. Pero lo que no esperábamos era ver a la actual alcaldesa del PPC masacrando los centenarios ficus de la avenida Pedro de Osma, justo en verano cuando los árboles verdean y se robustecen. Y encima cuando mas transitada es esa calle y cuando mas nos protegen sus sombras del sol.

No sé si la alcaldesa Jessica Vargas sabe que los árboles en Lima se podan en agosto. Hacerlo en la canícula es alterar gravemente el reloj biológico que se guía por las estaciones y condenarlos a que detengan su crecimiento casi un año. ¿Ha oído usted esta señora de la función clorofílica que se incrementa en el verano? Seguro que no. Además la alcaldesa nos anuncia que los árboles enfermos por hongos serán derribados. Es decir la alameda se echará a perder pues es imposible que un ficus joven se eleve bajo la copa de los árboles antiguos.

Me niego a confiar en los técnicos municipales. Han hecho tanto desastre que no pecaré de inocente esta vez. Debemos exigir que se convoque a una junta de botánicos para que determinen la salud de cada árbol. No me trago el argumento de que se trata de una poda de formación, eufemismo que usa la autoridad municipal para justificar el asesinato y la amputación. Lo que esas plantas necesitan es un control fitosanitario permanente, no cercenarlos con motosierra. ¿Acaso no pueden esperar al mes de agosto para una poda bien realizada?

¿Por qué tanto odio y desprecio por el árbol de parte de ciertos limeños? ¿Por qué esa crueldad con un ser vivo y bello? Solo veo dos razones, ignorancia e incultura. Cierta gente manifiesta una agresividad extraña con las plantas porque supuestamente no les brindan ningún beneficio material, como flores o frutos. Los consideran prescindibles pues las hojas ensucian las veredas. La belleza es sustituible por los arreglos de plástico. La imitación reemplaza a lo natural. El cemento es preferible a la vegetación. Es mas limpio, no trae tierra. Se trata de la misma gente que encementa sus patios y plazas y sensibilidades, y que odia la poesía. Son los que asesinan árboles y pajaritos para que no les caguen sus vehículos.

¿Qué oscura pulsión lleva a la gente a matar a los árboles? Creo que el falso culto de la modernidad conduce a estos atentados de lesa ecología. Pero en el caso de los árboles a la huachafería se suma una suerte de instinto autodestructivo. La incultura los hace preferir la muerte al oxígeno…



La esquina de Pedro de Osma y 28 de julio / acrílico sobre nórdex / 4o cm x 30 cm