sábado, 14 de noviembre de 2009

El espionaje chileno: la traición de Alan y Joselo.


Nada más aberrante que la política de las cuerdas separadas con Chile. Alan firmó ese indigno TLC con Chile, puenteándose el congreso y apoyó la entrada masiva del capital chileno a sectores estratégicos peruanos, mientras Chile se compraba los planes de defensa, coimeándose a 8 oficiales y suboficiales de la FAP, y se armaba hasta los dientes. Cuando el obeso presidente se vio obligado por la presión interna a llevar a la Haya el diferendo marítimo, siguió alentando la venta de bienes a la burguesía pinochetista, y siguió rematando Collique, Paita e innumerables propiedades nacionales al capitalismo sureño, a pesar de que la Bachelet adquiría ultramodernos F-16, cientos de tanques y misiles yanquis, desde los tiempos en que fue ministra de Defensa con Lagos. Luego ha venido el aislacionismo de nuestra política exterior, hipotecada al departamento de Estado y a Uribe, y el obtuso enfrentamiento con Evo orales. A esta sucesión de errores se suma la estupidez de la cancillería de Joselo que como esposa despechada, pretendía detener el armamentismo chileno con posiciones tan torpes como el Pacto de No Agresión que no conducían a ningún lado, y que eran el hazmerreír del Mapocho. Luego Alan suavizó el inviable pacto de no agresión con un presunto Protocolo de Paz, enarbolado precisamente por Meche Araoz, representante nativa de la penetración de los momios en el Perú. Esa ha sido en síntesis la historia infame de las cuerdas separadas. Hoy solo se impone la ruptura de relaciones, el retiro de nuestro embajador, la anulación del TLC y de las ventas oprobiosas a los chilenos, la renuncia de Joselo por ser responsable político de tan torva política, y la denuncia internacional del expansionismo chileno, en todos los foros y latitudes. Todo lo demás es entreguismo.

Por eso exacerbar los ánimos con estúpidas condenas a muerte de los espías es puro diversionismo del inepto Rey Rey. Antes de que la antipatria corroya nuestras fuerzas armadas y el país, lo que se impone es un cambio de rumbo. Bien por Humala que es único político que ha puesto los puntos sobre las íes de la integridad nacional.