EL APROFUJIMORISMO CONTRA APRODEH
Todos a la carga. En una maniobra concertada, Giampietri, Alan García, Carlos Raffo, Lourdes Alcorta, y el Opus Dei, -el eje del mal del fascismo en el Perú-, quieren liquidar a Aprodeh, porque como dice Cipriani los derechos humanos son una cojudez.
La campaña tiene nombre propio: Pancho Soberón, el hombre que denunció Cayara y Accomarca, Lurigancho y El Frontón, Castro Castro y La Cantuta, Barrios Altos y las masivas ejecuciones extrajudiciales durante el primer alanismo y el fujimontesinismo.
El pretexto para “ejecutar” mediáticamente a Soberón ha sido reconocer ante el Parlamento Europeo la muerte de un cadáver, el MRTA, y negarse a que se siga traficando con su fantasma. La partida de defunción a Polay y compañía, no hace otra cosa que sancionar un hecho incontrovertible: la disolución de ese grupo terrorista y el fin de su accionar violento. .
Es curioso que esta campaña surja en los días en que se conmemora un aniversario más de la liberación de los rehenes de la embajada japonesa, heroica gesta manchada con la muerte de terroristas rendidos.
El objetivo de la cacería de brujas contra Soberón es la venganza, la represalia, la revancha contra el principal gestor de los juicios contra Fujimori y su pandilla basura.
Desde aquí nuestro desagravio a Pancho Soberón, porque sabemos que sin derechos humanos no hay democracia, ni civilización.
PS: Lástima ver a Cucho Haya, que hasta los noventa defendió causas nobles, hacer el trabajo sucio de la pandilla basura, por un carguito en la APCI.
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