Esta mañana el pueblo del Cusco se levantó contra la derecha unida que quiere vender hasta las piedras del incario. No contentos con malbaratear las minas, el gas, la selva, ahora Alan y sus secuaces quieren vender nuestros monumentos históricos. Bajo la consigna de "el Perú como botín", entre gallos y medianoche el parlamento quiere convertir nuestra ciudad simbolo de la nacionalidad en un gran mall, desnaturalizando nuestra herencia y nuestra identidad, convirtiéndo nuestro patrimonio en mera mercancía para enriquecer a unos pocos, y sobre todo a las trasnacionales del turismo. La antipatria de nuestra burguesía no tiene parangón. ¿Y mientras tanto qué hacemos los artistas y escritores peruanos? ¿Le olemos los pedos a Mechita Aráoz, la cara de buldog, en los cocteles de las embajadas? No carajo. Las cosas van a cambiar en estos tiempos de Obama. El capitalismo salvaje y cutrero no trae desarrollo. Estamos con ustedes, hermanos del Cusco.
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