jueves, 11 de octubre de 2007

ayer tuve una pesadilla: Fujimori salvaba a Alan


Me quedé dormido viendo la televisión y tuve un sueño, mejor dicho una pesadilla. Soñé que un roedor volvía a ser presidente. Pero que en lugar de la rata amarilla gobernaba un ronsoco rosáceo, mofletudo y patiflaco. La organización delictiva de inspiración japonesa, denominada yucaza, otra vez se apoderaba del país entero, ahora en alianza con lo más podrido del apra.
En mi sueño el presidente le hacía cheverengue a sus electores. La estafa política estaba consumada: En lugar de cambio responsable, un regreso irresponsable a la peor época de la historia del Perú. Como en 1988 nuevamente inflación, mentiras y mil hurtos. (No se preocupen, ahorita Aldo Mariátegui inventa otro sendero para estar como hace 20 años).
En medio de mi pesadilla, el obeso y alucinado presidente, con su yo demente a cuestas, cumple el destino fatal de ser siempre el prócer de la desgracia, el adalid de la caída. Después de recibir un país en relativa bonanza, su falta de escrúpulos y talento, nos ha puesto de nuevo al borde del abismo. En mi paseo por el horror onírico, vuelven las inflaciones galopantes. El modelo neoliberal fracasa. Es incapaz de frenar el alza de los precios, y la caída del dólar. A pesar de todos los esfuerzos de Carranza y los economistas mononeuronales de mercado, las exportaciones pierden competitividad, quiebran miles de empresas y se hunde la agroexportación. Encima se firma el TLC, y la balanza de pagos comienza a hacer agua por todos lados. Claro, si hasta el papel higiénico que consumimos es made in usa. Alan lanza un alarido y grita: tráiganme la cabeza de Lucho Carranza. Pero ya es muy tarde. De la prosperidad toledista ya no queda nada. La efímera riqueza ha terminado en un puñado de empresas y empresarios sin patria. Lo que chorrea ahora es la pobreza
El dólar bajo y la especulación nos llevan a una conmoción económica, política y social. Hay que intervenir y que el BCR fije la tasa de cambio en 3.20, dice Kuczinski. La economía es pura ficción creída. Dice esto y unos guachimanes del Instituto Peruano de Economía se lo llevan al paredón. El mercado lo decide todo, claman. A mi también me van a fusilar. Quiero despertar y no puedo. Intento salirme pero es imposible. Estoy en el llamado sueño delta. Todo es como una neblina.
Recupero la fase REM. Nada de la bonanza ni del boom minero llegó a los más pobres y olvidados del Perú. Se queman dólares en lugar de construir hospitales, escuelas, fábricas, carreteras, y redes de comunicación. Se entregan los mejores yacimientos a grandes empresas con regímenes tributarios de excepción. Al Perú nadie lo para, de expoliar.
El 35 por ciento del canon minero que debería servir para erradicar la pobreza se reparte alegremente, sin orden ni concierto a las familias de la localidad vecina. Se trata de comprar a las poblaciones afectadas por la contaminación. En lugar de atender las carencias en salud, educación, vivienda, se quiere convertir a las comunidades en masa sumisa y manipulable. La riqueza como dádiva, como vil servidumbre, el mendigo arrodillado ante el oro. Otra vez el estado empírico del que hablaba Basadre incapaz de invertir productivamente. Qué horror. Me imagino las millones de cajas de cerveza que se venderán en las punas.
Los damnificados del sur pifian cada vez que se aparece por allí Julio Favre, que sabe de pollos pero nada de reconstrucción. Jorge Alfaro, el director ejecutivo hace lo imposible para echar a andar ese elefante epiléptico y parapléjico llamado Forsur. ¿Se han puesto a pensar si la lógica de la empresa tiene algo que hacer con la lógica de un organismo de reconstrucción? ¿maximizamos la utilidad o hacemos una planificación estratégica de contenido social? Entretanto los pericotes y perezosos de la administración aprista esperan agazapados.
Logro escapar no sé cómo de la guardia de seguridad que rodea a Favre y sigo en los brazos de Morfeo. Un servicio de inteligencia chicha dirigido por Mantilla y Giampietri, al que se suman secuaces fujimoristas, inicia una guerra non sancta contra los opositores. Trapos sucios, denuncias falsas, sico-sociales de espanto, sólo faltan las vírgenes lloronas. También hurgan debajo de las alcobas. A la exacerbada libido de Toledo le siembran putillas en el camino, que luego parten al extranjero a disfrutar de los pagos por sus cuerpos. Un Estado que más parece baja policía se va apoderando de la vida privada de sus ciudadanos. Los teléfonos son intervenidos, y el reglaje convertido en cosa de todos los días.
No señores, no podemos volver a esos aciagos veinte años que soportamos, me digo en una ligera duermevela que me provoca un acceso de lucidez. 1980-2000 se lee en un cartel de neón. Recuerdo que durante esos cuatro lustros casi desaparecemos como país, de la mano de Alan y de Fujimori.
El soberbio ronsoco tiene un quemante rabo de paja que echa chispas. En su prontuario hay latrocinios (dólar muc. mirage, tren electrico) y matanzas (El Frontón y Lurigancho), que acaban de ser nuevamente puestas sobre el tapete por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La rata japonesa quiere salir de su encierro a cualquier precio y librarse de los juicios de La Cantuta y Barrios Altos. Se juega todas sus cartas.
Grupos paramilitares salen a destrozar el monumento a los inocentes de la guerra interna. Después se enfrentan a los grupos defensores de los derechos humanos ante una policía que se muestra imperturbable. El congreso es un nido de tránsfugas blindados que tienen la expresión torva de gustavo espinoza, torres descaro, álvaro gutierrez y aldo estrada (no merecen las mayúsculas).
La popularidad de Alan se derrumba. A nivel nacional, sólo uno de cada 5 peruanos está contento con él. Alva Castro el ministro de interior que ha sido descubierto cutreando con los altos mandos policiales, en licitaciones amañadas con empresas fantasmas, es lo más odiado del régimen. El fujimorismo sin embargo lo salva de la censura en la hora nona. Justifican todo en nombre de la pendeja gobernabilidad. Días más tarde el ministro de salud, el inepto que compraba raciones para los damnificados del sur a 38 soles, dizque sin saber, también es salvado por la espuria campana del fujimorismo.
Despierto sobresaltado. Voy corriendo a coger el periódico y lo abro. No se trata de una pesadilla, de un mal sueño. Es la realidad monda y lironda. La ceguera de Alan, y su alianza bastarda con el fujimorismo, a la que se sumaron la confiep, y el opus dei. Todos ellos nos ha conducido a este callejón sin salida. Mierda o dignidad.
García posee la misma mentalidad enferma que Haya. Con tal de alimentar su maníaca vanidad, es capaz de traicionar todos los idearios, aliarse con los peores enemigos, degradar su inteligencia que no es mucha (a diferencia de Victor Raúl), y venderse a quien le garantice aplausos, aunque sean de play back.
No vale la pena seguir despierto, pienso. Me vuelvo a echar en la cama con mi wawasana y un diazepán entre los dientes. Seguiré durmiendo. Dormiré pase lo que pase, así tenga que contar a las ovejas apristas engañadas por Alan. Una extraña somnolencia me sumerge en las sorprendentes aguas de la premonición.
Ha llegado la hora de que Fujimori le cobre los favores al apra. Alan está en el despeñadero. Las provincias se van levantando, los mineros, los maestros, la CGTP, en fin toda la gente decente de este país mira indignada la política convertida en albañal. Las ratas libres han capturado esa amplia laguna de oxidación que es el Estado. Las presiones en el poder judicial son inmundas. Recusan a los jueces que deberían juzgar a Fujimori y el tremendo Robinson González, el hijo putativo del vocal Rodriguez Medrano, lo termina trasladando a una clínica particular.
Vitocho declara que Fujimori ha muerto, pero no es verdad. La bubónica no mata a las ratas, sólo la trasmiten. Fuji estaba de parranda empacando sus videos. Se ha asilado en la embajada japonesa. Primer favor devuelto.
Alan saca a los tanques. Mantilla es nombrado ministro de Interior. Humala es deportado. Alva Castro es designado ministro de economía. Nadie más acepta el encargo. El canciller García Belaúnde renuncia porque no ha presentado la documentación cartográfica exigida por el Tribunal de La Haya. Directamente desde Chile es traído Tudela para hacerse cargo de Torre Tagle. La Bachelet (cada vez que la veo quiero más a Allende), intenta ganarse alguito de mar y de tierra aprovechando la crisis peruana.
Se privatiza El Peruano y se le encarga a Aldo Mariátegui la dirección. Se lotiza la reserva del Candamo, donde Pluspetrol comienza sus periódicos derrames. Los campesinos del Huallaga abandonan el maíz amarillo, y extienden sus campos de coca. No a la erradicación. Una revuelta de los cocaleros es reprimida a sangre y fuego. Se exacerban los ánimos. Montesinos escapa de la base naval y anuda su alianza con Giampietri. La abogada Estela Valdivia es nombrada ministra de justicia y Blanca Nélida Colan es indultada. Alan se retira de la jurisdicción de la Corte de San José de Costa Rica, porque los crímenes de lesa humanidad nunca prescriben.
Se le condonan las deudas a Delgado Parker, se le perdonan impuestos a Baruch Ibcher y a los Agois. Se le restringe la publicidad a El Comercio para que no publique las encuestas de Apoyo. Solamente el hermanón puede navegar libremente en el espectro de su microcosmos mental.
Viene una comisión de la OEA, la Corte Interamericana sale en defensa de los familiares de los 500 muertos en represiones contra los alzamientos provincianos que gritan "chau Alan, constituyente ya". Algo falla. Claro hermano, esta constitución es una farsa. Los ricos tienen siempre la sartén por el mango.
Cipriani sale a defender a fujimori y a alan. Nada de venganza ni de enconos, pregona. Seguidamente excomulga a los huelguistas que piden una constituyente y saca al señor de los milagros.
El presidente Alan de Losada, perdonen el lapsus, Alan Garcia viaja con destino a Colombia. Desde el avión acaba de renunciar por fax. Entre los pasajeros del Boeing 727, que casi fue vendido por una bicoca, lleva a Alberto Fujimori. Favor con favor se paga.
Giampietri y la Mendoza del Solar, pugnan por ocupar el cargo dejado por Alan. El pueblo les exige su renuncia inmediata con bolsas de basura arrojadas contra sus fortificadas viviendas. El gordo Andrade es nombrado presidente del gobierno de transición.
Agotado después de tanto dormir y medio aletargado vago por la habitación. Prendo la computadora y encuentro una cita de Martin Luther King en mi agenda de internet. Sí, ésa misma que arrancó los derechos civiles para los negros norteamericanos hace más de cuarenta años. Durante la gran marcha sobre Washington el predicador tuvo un sueño: "Sueño con el día en que esta nación se levante para vivir de acuerdo con su creencia en la verdad y en la igualdad ante la ley".

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