Al director de la revista Umbral y alma del colectivo Antares le tomó cuatro años escribir una novela que le ha quitado un par de amigos. Pero no le importa. Ahora prepara otro libro y espera perder más.
"Yo dono rosas, oro no doy". Si se lee esta frase al revés, se leerá lo mismo. Esta frase en tiza rosa corona la pizarra del cuarto en que Rodrigo Núñez Carvallo (Lima, 1953) nos recibe. Tan pronto le extiendo la mano nos habla de letras y de amigos y de sólo eso quiere hablar.
-Se comenta que has escrito una novela "culturosa", para que la gocen los devotos de Woody Allen, de Platón, de Nietzsche.
-Es que todos mis amigos son "culturosos", y a mí siempre me gustó la filosofía. Fue el único curso en el que me jalaron en el colegio, y de grande me cobré la revancha.
-¿Qué tanto hay en la novela de ti?
-Iván Thays me dijo que Claudia -que en la novela es una lesbiana-, es mi alter ego, y que muchas de las cosas que ella dice seguramente yo las pienso. Me pareció interesante. Creo que es uno de los pocos personajes en que yo me infiltro; está Guillermo -que soy yo-, y el personaje de Claudia.
-¿Los personajes de la novela son personas reales?
-Son personas que conozco, algunas hasta me han quitado el saludo. Para serte exacto, dos: Los verdaderos "Claudia" y "Saturday" -un Savater medio light que repite y repite cosas.
-Me parece que no lo lamentas, sino que lo disfrutas salvajemente.
-Sí... es que es un triunfo que me odien. Hay otros amigos que están en la novela, pero supieron diferenciar el mundo de la seriedad del mundo de la ficción, que es muy distinto.
-Hablemos de palíndromos (palabras que se leen al revés).
-Soy muy aficionado a ellos, me viene del grupo. Con los amigos siempre andamos haciendo nuevos, nos metemos unas borracheras palindrómicas y... es un vicio. Quería que un personaje hiciera algo especial. Te digo: "Yo del arte la letra le doy". (S. M.).
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