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viernes, 5 de junio de 2009

La matanza de Bagua y el secuestro de la democracia

Oleo de Cota Carvallo. "La selva" (1949)


El Maranón se tiñó de sangre. Bagua arde bajo las balas de García. Un año de movilización indígena no fue razón suficiente para derogar las draconianas leyes de la selva por el cual se rompe todo el esquema de propiedad de la Amazonia, en beneficio de poderosas fuerzas extranjeras: Las petroleras, mineras y agroexportadoras que quieren apoderarse de las tierras indígenas y los bosques de protección, el grupo Romero con Dionisio a la cabeza.

Los nativos no son ciudadanos para esta democracia, solo salvajes chunchos a los que hay que expoliar como en la época del caucho. La vida no vale nada cuando se trata de defender a los poderosos de la tierra. Un contingente de 600 efectivos de la Diroes pretendió desalojar la curva del diablo, vaya nombre para sugerente, y atacó a los nativos desde helicópteros. Estos no tenían más armas que sus flechas. Abajo yacían más de una decena de cadáveres. Ante ataque tan desproporcionado los nativos sacaron carabinas de caza y en los pueblos y vecindades se atacaron oficinas públicas, locales del apra y comisarías. La selva es un incendio. Aldito y Dionisio Romero deben estar sobándose las manos. Ha metido bala como ellos querían. Sus propiedades están a salvo. Detrás, un ejército de nativos lloran a sus muertos. ¿Es esto democracia? ¿Marchamos en los 4 Suyos para ver hoy este amargo espectáculo de una democracia secuestrada por el gran capital y un partiducho aliado a las fuerzas más oscuras de este país? Puedo creer acaso que esta es la democracia que soñamos cuando hicimos caer a Fujimori? ¿Acaso tiene razón histórica esta República?

Alan atravesó la curva del diablo. Su entreguismo y antipatria ha provocado la muerte de casi cuarenta amazonenses pobres, indefensos, gente que solo defendía su pedazo de chacra, su bosque protector. Han sido asesinados cruelmente para defender a chilenos, petroleras, al grupo Romero, y finalmente a un puñado de políticos que se beneficiarán con el remate del Padre Bosque. Triste destino el de este país y sus pueblos originarios. Hace 500 años que son despojados hasta de la vida en nombre de la modernidad, que no es sino la codicia hecha ideología.

Un obeso demonio se ha encarnado en el estado Peruano. Alan, mismo Sánchez de Losada, ha cruzado el rubicón de la perfidia. Yehude el terrorista, pasó a matar indígenas. Y el Apra ofició de mastín guardián del grupo Romero, devorándose a los olvidados hortelanos de la selva. Brack Egg, qué triste recuerdo. A Unidad Nacional y el fujimorismo le alcanzan también responsabilidades por esta masacre por no derogar las leyes en el congreso. ¿Dónde quedó la civilización? ¿Dónde el martirologio de Chanchán? ¿Tiene alguna importancia la política cuando velamos a los pobres de la tierra? ¿Puede alguien creer que en el Perú la democracia es consenso, ejercicio de la palabra racional y respeto de los derechos de los débiles?

lunes, 1 de junio de 2009

El paro, los nativos y don Dionisio el presidente


Parece que últimamente a don Dionisio Romero le sobra el tiempo. Hace poco dejó la presidencia del Banco de Crédito y se ha dedicado a oficiar de mandatario en la sombra. A él se dirigía su obeso testaferro que habita en palacio, cuando prometió al empresariado que impediría por todos los medios que Humala llegara a presidente. Luego desde su cómoda jubilación lo vimos craneando con su factótum Alan y con el enano moral de Mariátegui cómo tumbarse la figura de Nadine Heredia, para lo cual no dudó en cagarse en el secreto bancario de su propio banco. Ahora, ajocha a su gordo capataz para que meta bala a los nativos de la selva. Éstos están más de 50 días en huelga, y quieren evitar que el propio Dionisio se apropie de sus tierras y bosques ancestrales. Activo el vejete del Opus Dei que todos los días traga hostias mientras afila su codicia.

La selva para mí, y no para los nativos, parece ser el lema del presidente de facto del Perú, don Dionisio Romero, mientras dócilmente el apro-fujimontesinismo gobernante recurre a todas las triquiñuelas posibles para impedir la derogación del DL 1090 y otros más que fueron emitidos en el marco del TLC con EEUU. Hace un año que a los nativos los huevean porque Dionisio con sus socios chilenos quiere 10 millones de hectáreas de la selva. Hay 48 solicitudes de concesión de tierras y estas son secretas, según el congresista Nájar. Se trata de bajarse literalmente reservas y tierras de protección. Allí se piensa producir etanol, biodiesel, palma y Romero será, de no liquidarse el DL 1090, el mayor terrateniente del Amazonas con muy poca inversión, y con grave e irrecuperable daño ecológico. Qué tal concha.

EL DUEÑO DEL PERU

¿Pero quién es este presidente tras bambalinas? ¿De dónde deriva su poder? Curiosamente de su mal habida fortuna. Dionisio, hijo de un sombrerero vasco nada linajudo, que pegó un braguetazo con una Seminario piurana, comenzó su ascendente carrera cleptocrática coimeandose a los funcionarios del velasquismo para valorizar sus bonos de reforma agraria por una millonada. ¿Y cómo lo hizo? Nadie lo sabe. Lo mismo se preguntan los tenedores de bonos agrarios que hasta ahora luchan por ser resarcidos. Con los 10 millones de dólares que obtuvo fraudulentamente levantó Textil Piura y se compró un paquete accionario del antiguo Banco Italiano, además de Anderson Clayton. En 1976, desbancó literalmente a los bachiches y se hizo del control del Crédito. Cuentan también que en el camino estafó a sus tías por 100 millones de verdes y se peló la plata de sus hermanas.

¿Quién gobierna el Peru entonces? La fortuna de don Dionisio el presidente, que es hija del narcotráfico. Como flamante mandamás del BCP lo primero que hizo fue llenar de agencias bancarias toda la selva peruana y crear una infraestructura de blanqueo con pistas de aterrizaje y aeropuertos semiclandestinos. De esta manera aumentó exponencialmente su fortuna lavando activos sucios. Cuentan que en los ochenta en plena crisis, sus avionetas traían toneladas de billetes de Uchiza y Tocache, y que de esta manera proporcionaba dólares a un mercado sediento de la divisa norteamericana.

Con las ganancias puercas concesionó terrenos del estado a precio de huevo y deforestó el Huallaga para sembrar palma aceitera en 10 mil hectáreas junto a la base de Santa Lucía. Pura pantalla. Luego fue adquiriendo todo el sector nacional de alimentos y aceites a través de Alicorp, que factura 1800 millones de dólares anuales, detentando la mayoría de marcas del sector: café Cafetal, Paisana, Tropical, Alacena, Primor, Capri, Cocinero, Nicovita, Don Vittorio, Lavaggi, Nicolini, Alianza, Victoria, Regia, Blanca Flor, Lamborghini, Zurit, Bolivar, Jumbo, y Marsella, entre otras. Negocia también el transporte y la logística a través de RANSA. No olvidemos además que tiene una gran naviera como la Compañía Sud Americana de Vapores S.A y que hace poco se hizo de la cervecera Ambev Perú, dueña de la marca Brahma. Es bueno recordar que fue el principal favorecido por las privatizaciones de la época fujimorista y se alió estratégicamente con los capitostes chilenos Yarur y Von Appen. Estimen entonces el patriotismo de este gran capitán del monopolio.

Dionisio ha sido socio de un traficante de polendas llamado Olluquito Martinez, e intercedió por él ante Montesinos para que lo liberaran a pesar de que la pesquera Hayduk se dedicaba al tráfico internacional de cocaína desde el puerto de Chimbote. Luego se hizo de la administración judicial de sus bienes, incluidas harineras y embarcaciones. Habitúe de la salita del SIN, promovió, no hay que olvidarlo, la tercera e ilegal reelección de Alberto Fujimori. "De lo contrario, el Perú saltaría al vacío", sentenció. Y hasta le proporcionó un avión a Montesinos para que escapara a Guayaquil.

Últimamente acaba de incursionar en la gran minería al adquirir el 25 por ciento de Monterrico Metal (Majaz), tajo abierto que despojará a miles de campesinos piuranos de sus tierras comunales.

El conglomerado industrial financiero de Dionisio, tiene como cabeza a Credicorp y al Atlantic Security Holding Corporation, en el paraíso fiscal de Gran Cayman, que ofician como gigantesca lavandería y madriguera de la plata oscura del continente. Adquirió hace poco los negocios de Schell en el Perú y fundó Primax en el sector petrolero, a través de la cual quiere también sus lotecitos petroleros en la Amazonia. Es dueño además de Seguros Pacífico Peruano Suiza, o sea que está en todas.

Su acumulación originaria de capital a partir del lavado de dinero, las privatizaciones y las prácticas monopólicas y mercantilistas, ha permitido que su fortuna se calcule en 8 mil millones de dólares. Casi un 5 por ciento de nuestro PBI. Un verdadero escándalo en un país en que los niños de la sierra se mueren literalmente por el frío.

Si le levantáramos el secreto bancario, como cualquier gobierno futuro y decente debe hacer, imagínense las cucarachas que saldrían. Toda una infraestructura de blanqueo montada sobre el Banco de Crédito, Alicorp y casi un centenar de empresas. Y no contento con eso ahora quiere casi 10 millones de hectáreas para él solito y sus secuaces*, a través de la empresa Agro-energía que producirá etanol y biodiesel.

EL PECADO SOCIAL

La fortuna de Dionisio, el presidente, es un escándalo cuando sabemos que el 45 por ciento de los peruanos vive sumido en la pobreza. Sus comuniones en la capilla de Cipriani son la mayor muestra de hipocresía de un pendejo, cuya cabeza no pasará nunca por el ojo de una aguja. Vivan las luchas de los nativos, carajo.


* La chilena Femperu, la empresa brasileña Amazon Fuel, el Grupo Empresarial Amazónico TEA y diez trasnacionales más que obviamente le darán su propina a Alan García en cuentas de Gran Cayman.