A los chinos bodegueros de E. Wong se les cayó la careta. Bien dijo Bertrand Russell que el capital no tiene patria. Después de acumular durante 20 años a costa de los limeños vendieron a los chilenos de Cencosud sus 27 supermercados y cadenas comerciales por 500 millones de dólares. Pero más allá de sus instalaciones lo importante es la posición de dominio del mercado. Ahora el 73 por ciento de las transacciones (minoristas y mayoristas) de artículos de primera necesidad, estarán en manos de empresarios del Mapocho. Gran conquista del libre mercado. La globalización que le dicen. Aplausos de la CONFIEP. Saludos de Alan García y los hortelanos vendepatria.
Nunca como ahora nuestro mercado interno estarán más desprotegido. Los oligopolios "chilienos" decidirán qué pasta de dientes o que marca de papel higiénico tendrá usted en su tocador. Qué pisco chupar en estas fiestas. A quién hacer quebrar y a quién no.
Los peruanos tenemos la obligación de impedir esa venta. El Perú está por encima del cutrerío neoliberal. No podemos ser colonia empresarial de un país que se arma hasta los dientes. Allí los alditos mariateguis, los chanchos carranzas y las gordas blondets. ¿Ustedes creen que la Bachelet permitiría instalar 27 malls peruanos en Santiago? La pinga.
Bueno, de los Wong se podía esperar cualquier cosa. Por algo los chinos inventaron el dinero.
Advertencia: En respuesta anticipada a quien pudiera tildarme de racista, diré que así como hay chinos bodegueros en el país, hay chinos que hicieron patria. Recordemos a historiadores como el brillante Emilio Choy o a filósofos como don Pedro Zulen, el primer defensor de la raza indígena.
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