viernes, 27 de julio de 2007

RIP BRYCE


Alfredo Bryce Echenique es un conocido escritor peruano que murió hace como veinte años. Después de "Un mundo para Julius", algunos cuentos memorables de juventud y quizá unos fragmentos de "Tantas veces Pedro" y Martín Romaña, nuestro narrador tomó la triste determinación de acabar con sus días. Temas agotados, estructuras narrativas endebles y facilistas, descuido y apuro en la escritura, y una serie de concesiones al mal gusto y la frivolidad de su clase social, que tan bien retrató en su primera novela, determinaron su deceso. Pero los críticos y editores le siguieron reventando cohetes ante cualquier mamaracho que publicaba, porque vendía, y escondieron su noticia de defunción, para no malograr el negocio. Ahora el fantasma del escritor se pela lo que encuentra, así que colegas, cuiden sus papeles y sus plumas.

lunes, 16 de julio de 2007

CARTA A ALAN GARCIA



Frente a la escena mundial, José Saramago ha dicho: “no existe ninguna democracia, no hay ninguna democracia, esto no es una democracia (…) Vivimos en un sistema plutocrático, donde las corporaciones industriales y financieras son las que gobiernan el mundo y nosotros estamos condicionados por todo eso y lo único que podemos hacer es quitar un gobierno y poner otro.”


Parafraseando a Saramago podemos decir que en el Perú no hay una democracia. Vivimos en un sistema plutocrático, y son las grandes empresas, los bancos, las mineras, los que dirigen desde puestos claves los destinos del país, a través de sus funcionarios neoliberales y gracias a la constitución fujimorista.


Alan García, estás viejo y quieres pasar piola. Crees que la mejor forma de concluir tu mandato es hipotecarte al discurso de los ricos. Estás equivocado. Así lo único que conseguirás es erigirte en un Piérola al revés, ya que este segundo periodo parece ser peor que el anterior. Triste destino. Tu narcisismo, tu inmerecida sobreestimación te impiden ver el rumbo de las cosas.


Ya nada es como antes, presidente. Es peor. Si tu anterior gobierno fue una tragedia, éste es una farsa. Los golpes a tu ego han dejado huellas profundas, enormes frustraciones, que te llevan a insultar al maestro de a pie, al huelguista, al comunero que reclama una carretera, al cocalero. Alan, no seas intonso, date cuenta que tienes a todas las provincias levantadas, a más de la mitad de los limeños en contra, que solo uno de cada cinco peruanos te acepta. Cambia tu política de alianzas. Si no buscas consensos te van a derrocar o vas a tener que matar 200 indios como Sánchez de Losada, para que finalmente también te saquen de palacio. Si sigues por este camino, no llegas a diciembre. No mates indios, Alan. Quedarás pésimo para la historia. Basadre se avergonzaría de ti.


Tú, el chico del eguren de Barranco que quiso ser el mejor orador y el mejor presidente de la historia, ¿matando indios y cholos y pueblo, igual que Sanchez Cerro mataba apristas en Trujillo? No, Alan. Los buenos políticos saben hacer cambios de timón. Si quieres conservarte en el poder dile a la confiep que su programa es inviable, que hay que subir los sueldos, que se necesita una economía de guerra para sacar a la pobreza a la mitad de la población peruana. Que el estado debe ser árbitro entre las clases. Que las sobreganancias de las empresas tienen que ser redistribuidas. Que viva la inversión pero sin contaminar, sin hacer oligopolio, sin salarios de hambre. Digo estas cosas con convicción pero sin esperanzas. Seguramente a esta carta se la llevará el viento y tú no oirás consejos, te aislarás en tu corte versallesca, mientras los pobres ocuparán las calles y alamedas, las fábricas y minas, y cortarán carreteras pidiendo tu cabeza y una asamblea constituyente.
Atentamente, Rodrigo Núñez Carvallo

jueves, 12 de julio de 2007

RENUNCIA DE LA DOCTORA DRAKULA

Los abajo firmantes, intelectuales, artistas, y personas interesadas en el quehacer cultural nos dirigimos a los ciudadanía, a los organismos de la sociedad civil y a todos los sectores de la sociedad peruana para exigir la renuncia de la doctora Cecilia Drákula de Moska, a la direccion nacional del INC. La referida funcionaria miembro del nefasto Opus Dei censuró las caricaturas del prestigioso artista Piero Quijano, presuntamente por presiones militares. Declaramos asimismo a la doctora Drákula persona non grata a las letras y a las artes, por creer que la cultura nacional es su chacra, o su secta, olvidando que el INC debería representar los altos intereses culturales de la nación. Lima, 5 de julio de 2007

(SI ESTÁ DE ACUERDO FIRME EN http://www.rodrigonunezcarvallo.blogspot.com/ )

Rodrigo Nùñez
Armando Arteaga
Winston Orrillo
Eldi Toro López
Linda Lema Tucker
Wily Gomez
Rosina Valcárcel
Julio Carmona
Roger Santibáñez
Leo Casas
Juan Cristóbal
Carlos Angulo
Alberto Alarcón Olaya
Cristina Castello (Argentina)
Diana Cornejo Arèstegui
Rolando Sifuentes
Bernardo Alvarez
Raùl Isman (Argentina)
Yvàn Sauri
Dalmacia Ruiz Rosas
Javier Arèvalo
Josè Bustos (Nantes-Francia)
Harold Alva
Rosa Marìa Mosquera
Gloria Davila E.
Domingo de Ramos
Mario Gutiérrez Olórtegui
Carmenrosa Vargas
Alberto Valdivia Baselli
Silvia Vidalón
Guillermo Vásquez Bresani
Florentino Díaz Ahumada
Sophie Canal
Gonzalo Nieto Degregori
Francisco Padilla Padro
Nora Robles Montenegro
Karen Bernedo
Jorge Mesía Rengifo (Alemania)

Enrique Vásquez Sifuentes

miércoles, 4 de julio de 2007

NOVELA DE CELULOIDE / La familia de Rafael



Ota se posa encima del refrigerador, después de dar un salto sobre una silla y derriba un florero. Sus hijas deambulan por los pasadizos jugando con una cucaracha. El malgeniado de Shamán da vueltas neuróticamente en el cuarto donde alguna vez fue el taller de cine. Rafael quiere a todos pero sin lugar a dudas Numa es el engreído. Numa, que es hijo de Shamán y de Ota, se ha vuelto como su hijo predilecto. Duerme en su cama y al amanecer le hace cosquillas en los pies para que le sirva el desayuno. Pide su mazamorra de leche, cereal y atún para fortificar los huesos, porque todavía es un mozalbete, pero en verdad lo que quiere es su paseo matinal. Salir a jugar al patio, lanzar pelotas de goma, saltar por los barrancos y luego caminar sobre las tapias sin soplar las hojas del ramaje.

De vuelta a casa, Numa se introduce en la tina y pide que le abran la llave del agua con un gruñido. Es la hora de la limpieza general. Rafael vestido con su mameluco amarillo baldea los dormitorios y debe proveerse de una silla y una escoba para asear la habitación de Shamán. Arrinconado en una esquina éste brama y amenaza. La escoba le hace recordar las palizas que le propinaban de chico. A media mañana Rafael ya tiene que pensar en el almuerzo. Necesita un montón de comida. Entre treinta y cuarenta kilos de carne o de pescado. Se va al mercado y todos lo despiden con una mirada de tristeza. Como si no fuera a volver…

Antes de irse, Rafael deja su ropa sucia al alcance de los alojados. El olor de sus prendas los tranquiliza. Cuando regresa, todos olfatean su presencia a dos cuadras de distancia y comienzan a chillar. Rafael prende el equipo de su camioneta a todo volumen para que los vecinos no se alarmen. Cambia de casete. El triple concierto de Beethoven deja paso al Gran Combo.

Abre las puertas del comedor y todos se abalanzan sobre la carne dispuesta en tres grandes bandejas de lata. Sentados a la mesa los trece comensales tragan trozos en trece grandes tazones hasta hacer trizas huesos y espinazos. Luego se limpian con las manos, hacen una reverencia y parten a sus catres de paja. Sólo Shamán come solo en su habitación de barrotes. Nadie soporta sus malos modales.

Tocan el portón. Entra Claudio Baschuk conmigo. Pasen, no se asusten. Veníamos a hablarte porque queríamos hacer la película en tu casa. Nos han prestado la cámara de 16 milímetros de la universidad. La arriflex luce impecable en su maleta de aluminio y cuero. La abrimos y vamos desentrañando los misterios de este juguete de ilusiones. Un zoom, un trípode, baterías y carretes, y cientos de aditamentos indescriptibles. Al fondo hay una claqueta alemana. Hermosa. Nos hemos conseguido también mil pies de película kodachrome. Te acuerdas que te hablé hace un tiempo.

Lo primero que quiero es la imagen del descalabro. La decadencia, el deterioro y la pobreza. El descuido, el desgaste y la desidia sempiternos. Las cañerías rotas, las improvisadas ventanas, las sucesivas demoliciones que pueblan la casa. Pasadizos hundidos. Divisiones mal hechas, escaleras apuntaladas, techos caídos y cornisas amenazantes. La estructura amarradita con alambre y palos. El crujir de la madera contra el adobe sobre el vacío del acantilado. La ingravidez de lo viejo. La osadía de la columna apolillada. Sí. Misma casa de piratas. Cómo expresar en imágenes los millones de pasos acumulados en cada tablón. La factura del tiempo, la podredumbre de los días. La caña y el fango del adobe muerto, la paja enardecida, la sequedad del pino, el polvo, el hollín, la eterna quebrazón de la materia. Y en medio de esa lenta agonía, tú gordo, impertérrito, hablando, limpiando, barriendo, reparando lo imposible porque has tomado la terca determinación de no sucumbir hoy.

La cámara ya está instalada sobre su trípode. Pipo la prende usando una batería asida al cinto. Hace algunos planos de prueba. Te acuerdas Rafa, que dejé aquí una camarita panasonic la vez que hice el clip de la araña. Sí, la tengo por ahí. Espera. No importa. Necesito una cámara de utilería nada más. Te la traigo. Acuérdate que se trata de una metapelícula. Es decir una película sobre otra película. Un film sobre el film que estoy haciendo ¿Me das una mano, Claudio? Pipo retrocede, se quita la batería de la correa y se la entrega. Necesito que filmes mi entrada a la casa. Pliz, capta justo el momento en que comienzo a grabar con la panasonic. Cómo no, señor director.

A Claudio le cae el sudor de la frente. Empaña sus anteojos y el visor. Enfoca bien, no tiembles. No puedo. Ese personaje me raya, Pipo. Es la primera vez que Claudio ve a Numa pasear libremente por toda la casa. Camina despacio. No traspases la distancia de protección. Ni lo asustes acercándote bruscamente. No te pongas nervioso, loco.

Rafael se acomoda en un inmenso bergiere desvencijado frente al ventanal y Numa se arrellana a su lado. Claudio enciende la uher y acerca el micro. Numa abre su enorme boca y emite un largo y feroz gorjeo. Comprueba que haya sincro. Tres, dos, uno, rodando. A veces siento que me escasean las fuerzas, dice Rafael mientras acaricia la nuca de Numa. ¿Por que siempre me pasarán estas cosas? Si yo lo único que hice fue comprar a tu madre en el mercado central. El vendedor me la remató en cien cocos. Estaba escondida en un costal de harina y me miró con sus ojos amarillos como diciendo, tú eres el único que me puede salvar. Por favor. Sácame de acá.

Sigue, sigue, está perfecto.


(si quiere seguir leyendo comuníquese con el autor)